© Mayte Romero Mato
Investigadora independiente.
Se ha escrito mucho, y se escribirá más, sobre el científico y sacerdote agustino sanabrés "padre Ángel Rodríguez de Prada", (1859-1935), como él firmaba en sus fantásticas colaboraciones en el periódico regional El Noroeste Zamorano, defensor de Sanabria y Carballeda, (1920-1933), por eso este texto se centra principalmente en el "sanabrés amantísimo de su tierra", (de momento en desarrollo, dada la amplitud del tema, a la vez que actualizo páginas ya publicadas en este Blog con parte de sus extensas artículos).
Tenía el padre Ángel 61 años cuando envió una carta al director del periódico El Noroeste Zamorano, (en lo sucesivo ENZ), fechada el 05 de mayo de 1920 desde Guernica, (Vizcaya), habiéndose retirado ya de sus altas responsabilidades, e iniciando una etapa contemplativa y muy fructífera literariamente en ensayos, historias y, como vemos, regalando periodísticamente a su tierra de Sanabria y Carballeda sus recuerdos, sus enseñanzas vitales, y sus extensos conocimientos.
Para quienes lo desconozcan las comarcas de Sanabria y Carballeda corresponden al partido judicial de La Puebla de Sanabria, en la provincia de Zamora, en el viejo reino de León.
La carta de presentación del importante y espontáneo colaborador se publica íntegra e inmediatamente en el periódico ENZ, como un regalo, en el nº: 7 del 15-mayo-1920, con la autorización que la misma le otorgaba, y en ella resume el sanabrés Ángel Rodríguez de Prada todas las críticas y el pensamiento de nuestr@s antepasados que reclamaban el progreso para "la comarca en que vinimos al mundo":
EN POS DEL IDEAL.
¡Arriba los corazones¡
Ofrecemos
a nuestros lectores el regalo de la carta que va a continuación. Suponemos que
les deleitará, como nos ha deleitado a nosotros, y que servirá de estímulo –
así lo entendemos en esta Casa – para perseverar en la empresa acometida por EL
NOROESTE ZAMORANO. De hijos así puede enorgullecerse la comarca en que vinimos
al mundo.
“Señor
director de EL NOROESTE ZAMORANO.
Muy
estimado señor mío: Recibo y leo con
fruición sanabresa el núm. 6, único que ha llegado a mis manos del
simpático periódico que con tantos alientos y fines tan elevados han comenzado
a publicar ustedes para decir a España que entre Orense y Braganza hay en
su suelo un rincón de la patria olvidado y casi tan desatendido como el país de
Las Hurdes, y para reivindicar en favor de Sanabria y Carballeda lo que la
justicia y el honor patrio reclaman.
Vaya,
en primer término, el testimonio de mis
sinceros aplausos y cordial enhorabuena
para usted y para cuantos hayan intervenido
en la realización de esa idea magnifica,
despertadora de energías dormidas, que deberá ser – así lo espero –
eco fiel de los gritos de angustia de pueblos españoles a quienes ni España ni
sus representantes llamados a procurar el bien del país han querido escuchar ni
tenderles una mano amiga
para salvarlos
de la ruina social en que penosamente van viviendo. ¡Oh¡ ¡Cuánto bien pueden hacer ustedes en favor de aquel
país, tan poco conocido como mal tratado,
haciendo derivar hacia él corrientes de
savia
vivificadora que sacuda a los poseídos del marasmo y despierte a los
soñolientos y perezosos¡
[...]"
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