domingo, 6 de abril de 2014

De CARTEROS, PEATONES y la falta de BUZONES .

           “De la misma manera que en uno de nuestros anteriores números nos congratulamos de que la Comisión de Presupuestos del Congreso, olvidándose por un instante de los matices políticos, hubiera acudido al auxilio del misérrimo estado del clero rural, tenemos hoy la satisfacción de tributarle un elogio semejante por LA ELEVACIÓN DE LAS CONSIGNACIONES ARBITRADAS PARA PEATONES Y CARTEROS.
                Imponíase esta mejora justísima, que en pocos sitios podrá ser tan apreciada como en nuestra provincia, por la escasez de medios rápidos de conducción de la correspondencia; y al acogerla con el júbilo con que se recibirá en muchos hogares, enviamos la enhorabuena a todos los agraciados.”

            - Cartero (hoy también cartera), “Es la persona cuyo oficio es repartir las cartas del correo”, (rae), pero a principios del siglo XX, sólo clasificaba, recogía y almacenaba la correspondencia en su casa u oficina.
            - Peatón era el “Valijero o correo de a pie encargado de la conducción de la correspondencia entre pueblos cercanos”, (rae), su labor estaba sujeta a la supervisión del cartero; ahora está integrado en la cartería,  y su nombre se ha perdido como oficio, pero fue muy apreciado “en nuestra provincia, por la escasez de medios rápidos de conducción de la correspondencia”.
            “Por el Diario Oficial del ministerio de la Guerra de 21 de  marzo, Sección de destinos, figura nombrado PEATÓN de MOMBUEY a MUELAS DE LOS CABALLEROS, con la dotación de pesetas 685,50, el cabo licenciado del Ejército D. Francisco Losada Vicente, y de MOMBUEY a MANZANAL DE ABAJO, con el de 312,50 pesetas, D. Juan Ferrero Bermejo.”
               “Hemos recibido varias cartas de nuestro partido en las  que se nos manifiesta que, por carecer de buzones, se ven precisados los vecinos de muchas localidades a tener que ira a depositar las cartas a otros pueblos, que distan  dos o tres kilómetros, y a veces más, y nos ruegan hagamos lo posible por evitarlo.
         A todos les contestamos que la colocación de esos buzones es de la incumbencia de los Ayuntamientos, y como el valor de ellos es insignificante, creemos que se trate de un olvido involuntario que, seguramente será subsanado.
                 Tampoco puede echarse la culpa a los dignos peatones, puesto que, como no existen depósitos, no tienen para que recoger la correspondencia.
               Colóquense en los Ayuntamientos o en las escuelas, y se verá como el mismo correo encargado del reparto recoge el que haya.”

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