martes, 23 de junio de 2015

Costumbres Cervatas: LOS RAMOS DE SAN JUAN (1924) .

            “Costumbres Cervatas.
              LOS RAMOS DE SAN JUAN  (1924) .


            La serenata del “Soldado de Nápoles” no tiene importancia comparada con estas de San Juan que nos proponemos relatar.
            No es fácil, y menos a nosotros, describir la emoción poética que significan estas canciones puramente cervatas.
            Las noches de junio, si no aparece una tormenta, son siempre claras y alegres y brilla la luna con todo su esplendor, que brinda a los trasnochadores para mayor encanto de sus placeres.
            Todas las armas de fuego que usaron nuestros antepasados, como trabucos, cachorrillos y otras, salen a relucir estos días para producir las detonaciones más formidables, que cuanto mayores son mejores resultan para el efecto que se desea producir.
            En las vísperas de este día, señalado para los ramos, las mozas de Villardeciervos usan bromas y chanzas, suponiendo que este año le corresponde a Fulana y a Zutana; pero todas, con mucha modestia, rechazan tal honor.
            No será necesario aclarar, porque escribo para cuantos conocen las costumbres cervatas, que el ramo sólo es destinado a las parejas de enamorados con madurez, cuya ofrenda representa un compromiso público que lleva a la vicaría, si no quieren sufrir la dura crítica del pueblo.         
            Desde las diez de la noche empieza a oírse constantemente el estampido de bombas y escopetazos. Cuando dan las doce y la gente de años se retira a descansar, los mozos, agrupados en rondas de amigos, acuden a las ventanas de sus prometidas, y entonces, a guisa de anuncio de llegada, cantan:
                                                      Levántate, Fulana,
                                                a la ventana,
                                                que quien te pone el ramo,
                                                           ¡ay, el ramo’,
                                                Fulano se llamaaaa.

            Con la variante de los nombres que correspondan, esta copla es reglamentaria, y después la siguen otras, caprichosas y alusivas, hasta que hacen salir a la dama a recoger el ramo, adornado con dulces y flores, que ofrece su admirador, entre una serie de atronadores disparos.
            Otras rondas, ajenas a estos compromisos, se divierten paseando las calles y cantando coplas del día. Nunca falta una que está en la memoria de todos los cervatos:

                                                           Por tu cariño, prenda querida;
                                               Por tu salero, prenda doraaa;
                                               Por tu cariño, yo me confundo;
                                               Viva mi rumbo, perdido vaaa.

            Así transcurre la noche, y cuando llega el alba, que se retiran los mozos, es la hora de levantarse los ordenados, que, con sus familias, se dirigen al “Caño grande” o a los “Castaños” a tomar chocolate y recibir alegremente al sol brillante de San Juan.
            En la tarde de este tradicional día se celebra, como todos los domingos, un animado baile, que ameniza un clásico tamborilero del país.
            Haciendo honor al compromiso contraído, pasan la tarde bailando las parejas concertantes, que ese día, por derecho irrenunciable, no pueden hacerlo con otros mozos.
            Desde entonces se consideran formalizados sus amores, y las familias empiezan los preparativos para la boda, que no puede aplazarse por más tiempo que hasta el próximo San Juan, para cuya fecha ha de estar efectuado el matrimonio.

EL MARQUÉS DE VALDARCOS.”